Asphyx: Necroceros

Gratificante aunque no sorprende, el décimo álbum de esta colosal banda que viene a deleitarnos con un trabajo propiamente noventero, no aporta novedades importantes, pero no obstante está cargado de pura tralla y contundencia pausada.

Según etiquetas, son calificados con "Doom Death", aunque para gusto del que suscribe, en estos cortes se mueven más en una escena propiamente Death metalera de partes trasheras lentas, para acelerarse en temas muy puntuales como pueden ser "Mount Skull" o "Botox Implosion".

El resto de temas van en una línea más pesada, donde apreciaremos a las cuerdas unos ritmos fríos y cortantes, sin solos virtuosos pero con un gran gancho de técnica moderada introduciéndonos en un ambiente puramente de la vieja escuela.

La percusión juega un papel increíble sobre todo en las pegadas de caja, no limitándose a dobles bombos sin más, dando una energía atípica en Death Metal contemporáneo, acogiéndose en cada una de las partes al despliegue de fiereza rítmica propio de bandas como Pestilence o Grave.

Las voces de Martin son sublimes, siendo actualmente el sello de identidad de la banda, recordando que es el segundo álbum bajo esta nueva formación, algo difícil hoy en día, ya que muchas bandas pierden parte de sus raíces clásicas al incorporar nuevos elementos e ideas. En el caso de "Necroceros", mantienen el tinte clásico afortunadamente, siendo quizás la culminación hasta el momento de toda su carrera.

"The Sole Cure is Death" y "Molten Black Earth" abren para un público fiel al Death Europeo el trabajo Con rotundidad y dureza, suenan a confecciones sobrias de la banda tipo "God Caries" o "Death, the brutal way", y son la antesala del resto de escucha sin experimentos ni innovaciones raras.

Todo suena sobre un mismo sendero de brutalidad ralentizada hasta puntuar con la cruda "In Blazing Oceans", a partir de este corte desciende el álbum con más gravedad sonora, tornándose en unas aplastantes "The Nameless Elite" y "Yield or Die".

Apisonando con estos cortes similares, acaban por la puerta grande con "Necroceros", introduciendo multitud de cambios rítmicos con un final épico, donde las guitarras y percusión toman el bastón de mando con permiso de las voces rasgadas de Martin, que crean un caos sobrenatural anterior a las mismas.

Concluyendo, Asphyx presentan un trabajo lleno de fortaleza y eficacia como han hecho bandas en los últimos meses como puedan ser Benediction, Napalm Death y Necrophobic. 

Es decir, nada extraordinariamente novedoso pero cargado de raíces propias sin llegar a ser un "más de lo mismo".