Draconian: Under a Godless Veil

Turning Season Within (2008) supuso para quien suscribe un disco impactante, la temática (rotura existencial humana a partir de la ruptura en las relaciones) me pareció tan autentica como descarnada. Vi entonces lo que Draconian eran capaces de hacer. No se abandonaban al confort de emitir discos clónicos; sus trabajos tenían el hedor de lo verdadero, la validez que trasciende todo limite o frontera musical. No son originales (de hecho, los beauty and beast son, para mí, las partes más olvidables, siendo este un recurso ya roto [muestra de esto se ve en la cuasi-perfecta “Sorrow of Sophia”]). Los momentos Doom estarán presentes (gran inicio el de “The Sacrificial Flame”), así también la elegancia desbocada y salvaje (“Lustrous Heart”).

“Sleepwalkers” no se esconde, su misterio es patente y la sensación de ceremonia, perenne. Su estribillo es bastante Within Temptation, pero en clave no empalagosa. “Moon over Sabaoth” es extraordinaria por donde se la mire (¡qué estribillo más incendiario!), su atmosfera está bastante conseguida. “Burial Fields”… Aquí la cosa se torna dolorosa. Melodía no apta para quienes fantasean con desaparecer, esta canción derrama sus notas cual si cada una fuese un escalón hacia otra realidad, toda una ensoñación hecha música, una exhortación a la desaparición, a la autotrascendente voluntad final… Es que canciones así en verdad me dejan la brújula averiada. Esta canción sola paga todo el álbum, no paro de escucharla. Lo bello si triste, doblemente bello. 

“The Sethian” y “Claw Marks on the Throne” matizan la propuesta esencial del álbum, no definen el sonido de este trabajo, pero robustecen la propuesta, una suerte de necesarios rellenos. “Night Visitor” posee tal vez el mejor solo de guitarra del álbum, con uno aires a “They Rode On” de Watain. “Ascend into Darkness” conforma la simetría con el primer tema, cierra el álbum en la misma línea.

Extraordinario álbum, sonido que conmueve en forma y en fondo, a nivel técnico y emocional.